En muchos de los casos (tratándose de niños entrando en el proceso de pubertad) la autoestima comienza a flaquear por los cambios propios del crecimiento. Los mismos procesos biológicos que hacen que el cuerpo cambie y crezca sacan al pre-adolescente de su zona de confort en la que tiene una percepción de su físico estable, pero al pasar por todos los cambios hormonales propios del desarrollo y crecimiento puede haber un cierto desbalance al que tiene que acostumbrarse.

Este cambio físico y psicológico es algo que las personas entre 12 y 15 años tienen más presente y por el que tienen que pasar a diario. En este proceso puede que su autoestima se mantenga estable, pero debido al drástico cambio en la mayoría de sus áreas puede subir o bajar, lo que a continuación se explica